lunes, 5 de junio de 2017

La tercera muchacha

Esta quincena hemos leído La Tercera muchacha, publicado en 1966.
Una joven acude a casa de Poirot anunciando que no sabe si ha cometido un crimen o no. Igual que llega se va al considerar a Poirot demasiado viejo para poder ayudarla, y sin aportar más datos acerca suyo.
Poirot consigue averiguar quien es esa muchacha y desentrañar una complicada trama en la que se mezcla el presente con recuerdos de su infancia.

Veamos que le ha parecido a Pi:

Este libro tuvo que escribirlo un becario a sueldo de Agatha o no puedo entender una historia tan mala a estas alturas.
Parte de una premisa algo enrevesada, con una visita inesperada de una chica bastante confundida. A partir de ahí todo es un caos de personajes y pasajes enteros sin sentido aparente que no parece llevar a ningún sitio. El libro se hace confuso y eterno, y de los personajes ya ni hablamos. En resumen, una auténtica decepción. Queda claro que Agatha ya no soporta a Poirot, incluso tira alguna a lo largo de la novela sobre los personajes que sus propios autores odian. Nos parece fenomenal que no le aguantes, Agatha, e incluso lo compartimos, pero podían haberle matado en vez de torturarnos con un libro así.
En resumen, prescindible. Esperando al siguiente para quitar el mal sabor de boca.


Seguimos con Pau:

Un poco decepcionante, la verdad. Empezó fenomenal, con una pobre y desvalida muchacha que no sabe si ha matado o no a alguien y, lo mejor de todo, aunque sale Poirot no es sólo que no resulte insufrible -muchas de sus manías están desaparecidas- sino que aparece la gran escritora Oliver para darle la contrarréplica y lleva prácticamente el peso de la investigación.

El problema es que está muy mal desarrollada en general, hay tanta paja -aunque no sea tal- que parece no conducir a ningún sitio -aunque conduce- que da la sensación de que todo podría haberlo resuelto en veinte páginas en vez de enredarnos y hacernos creer doscientas veces cosas que no son. Y, para colmo de males, está pésimamente resuelto, una solución que sale prácticamente de la nada explicada con unas tretas que nos creíamos veinte novelas antes pero no a estas alturas y ¡para más inri! ¡¡qué obsesión tiene la señora Christie con las bodas!!

Y terminamos con MG:

Este libro ya lo había leído en mi anterior intento de leer todo Agatha y me gustó.

Esta vez también me ha gustado porque siempre es agradable reencontrarse con un personaje (aunque en este libro no le saquen todo el partido) tan maravilloso como el de Ariadne Oliver.

Durante toda la lectura no conseguía acordarme de quién era el malo y por qué, y mira, eso lo he agradecido porque así no parecía una relectura.

Con todo, sigo pensando que me gusta más el esquema clásico en las novelas de Dame Agatha: muerto, avance en la trama, muerto, avance en la trama, otro muerto (este ya opcional) y resolución.

No está mal, pero si no vas a leerlos todos hay otros que te gustarán más.


Volvemos la quincena próxima con Noche eterna. Tengan cuidado ahí fuera.

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