lunes, 17 de noviembre de 2014

El misterioso caso de Styles

Esta quincena toca "El misterioso caso de Styles", primera novela publicada por Agatha Christie. Y digo esta quincena toca porque así es como nos hemos planteado el proyecto Agatha Christie: una obra publicada cada dos semanas. Empezando por las novelas y por orden cronológico de publicación porque algún orden había que seguir y yo soy cabalita (como dice mi madre) y las cobloggers muy tolerantes con mis TOCs pequeñas manías.

No vamos a hacer grandes y sesudos posts. Tras cada lectura haremos una entrada resumen con las impresiones de las cinco y hasta la quincena que viene.

A este ritmo el proyecto nos va a ocupar hasta octubre de 2017. Nos encantará si por el camino nos acompañáis, comentáis y animáis. Y, por supuesto, el que se quiera sumar será bienvenido.

Y ahora al meollo, Styles, que es lo que toca esta semana. Dejo mi parte para el final por cortesía y por si os cansáis que os dejéis sin leer lo peor porque vaya lujo de mini reseñas. Las demás por orden alfabético.

Empezamos con lo que le ha parecido a Bichejo:

Hace un par de años empecé este proyecto Agatha pero al buen tuntún. Cuando me acordaba leía dos libros en un mes y luego me volvía a olvidar. Todo empezó porque leí en algún sitio que leyendo una novela al mes tenías tarea para siete años, y porque me gusta embarcarme en cosas. Esto va a ser mucho mejor, porque vamos a seguir un orden lógico, y porque embarcarse en cosas con amigas siempre mola mucho. Y ahora, al lío.

Me gusta Agatha, es una tramposa pero siempre me lo paso bien. El caso de Styles es el primero, pero no lo parece. Hay una serie de lugares comunes, no lo digo en un sentido despectivo sino al contrario, cosas que siempre vamos a ir viendo en las novelas de Poirot y que hace que te resulten siempre familiares
  • el tono de reserva de Poirot: siempre te anticipa que ha visto algo más que no comparte con nosotros. Es parte de la trampa y de los trucos de Agatha, tenerte dando vueltas para que la mayor parte de las veces no termines el libro con el típico ¡lo sabía!
  • Hastings como el prototipo de hombre, no es especialmente inteligente, de bondad innata, y completamente enamoradizo. Y ser conscientes de que es justo eso lo que Poirot piensa de él: "Tenemos que ser inteligentes como para pasar a sus ojos por tontos. Amigo mío, puede usted ayudarme mucho, pero mucho, en todo ello."
  • cómo Hastings ve a Poirot: "Mi pobre Poirot estaba envejecido. Pensé que era una suerte que se hubiera asociado con una mente más rápida." Siempre le verá así, lo que me hace pensar que si le ve envejecido en la primera, ¿qué pila de años tendría en la última?
  • y como siempre, alguna frase lapidaria de Dame Agatha, intentaré ir buscándolas en todas las novelas, espero encontrarlas: "Todo asesino es, probablemente, el viejo amigo de alguien."

A continuación las impresiones de Gordipé.

Leí todos los libros de Agatha Christie en la adolescencia. Me sentaba en la mecedora de mi habitación después de estudiar y los leía casi del tirón. Me fascinaban.

Con esta primera relectura creo que he descubierto una de las razones.

Agatha crea personajes perfectamente identificables en la primera descripción, con una simpleza que asusta, precisamente porque los llena de estereotipos sin ningún miramiento. Y es curioso que consiga que esos estereotipos de snob victoriana sigan funcionando, casi un siglo después.

En pocas palabras, hace que visualices a la magnífica dama de la alta sociedad rural que maneja la pasta y, por tanto a la familia pobretona, que revolotea a su alrededor esperando las migajas. Hace que imagines al pobre Hastings, un inglés mediocre y anodino, un poco tonto, con trajes de tweed marrón con coderas, que sólo sirve para hacer de correveidile y de comparsa del gran personaje de Poirot. Hace que veas al extranjero excéntrico con cierto desdén, ridiculizándole en lo cotidiano por sus extrañas costumbres: no son inglesas, no son buenas costumbres.

De entre todos los personajes de Mrs. Christie, me llaman la atención las mujeres. Aunque parece que son mujeres con carácter, en el caso de Styles son dependientes, varias de ellas (Howar, Mary Cavendish, Cinthya) parecen obligadas a vivir bajo el mismo techo, porque no pueden hacerlo por su cuenta, aunque trabajen. Me hace pensar que, aunque Agatha crea personajes femeninos aparentemente fuertes, capaces de impresionar al pobre Hastings por su belleza y todo eso que gustaba a los ingleses de principios de siglo, en realidad pensaba que las mujeres estaban mejor donde habían estado hasta entonces: o acompañando a sus maridos o sirviendo a otras mujeres.

En cuanto al valor literario de El misterioso caso de Styles, no pasará a la historia por ser una obra maestra, pero si chorrocientas generaciones (o tres) hemos encontrado atractivas las novelitas de misterios de Mrs. Christie, por algo será.

Ahora toca el turno de Pau que, si no ha cambiado de idea, también ha publicado una reseña más completa en su casa. Seguro que estupenda. A continuación el anticipo.

Soy una mujer prejuiciosa y de principios, así que he tardado casi 40 años en leer a Doña Agatha, shame on me! La razón es que en el instituto leí -obligada- algo de policiaca (Dashiel Hammett) y no sólo me aburrió como pocas cosas en mi vida sino que, además, me sentí profundamente traicionada porque el mismo profesor me había presentado -también a la fuerza- la ciencia ficción de Phillip K. Dick y ya ven, me ha costado más de 20 años superar el rencor. Estando yo un poco pachucha necesitaba un libro de pocas páginas para acompañarme en la bañera y descartando descartando llegó Diez negritos que muerta de entusiasmo y, sumado al proyecto de Bichejo de leerse todo lo de la señora Christie, la alegría de Anijol por la idea (juraría que lo sugirió ella), ha dado origen a este proyecto conjunto... Ay lo que me enrollo... en fin, que una no contaba con encontrarse en la primera novela, de la que estamos hablando aquí, ni más ni menos que con el gran Poirot... una máquina de procesar datos empeñada en no explicarnos sus procesos mentales porque nosotros, los lectores, no aspiramos a identificarnos con un belga tan fascinante como abofeteable sino con el de su compañero narrador, que tampoco le sigue en los razonamientos.

Lo divertido de El misterioso caso de Styles (tengo la esperanza de que alguien entre en materia y explique de qué va, que no estoy leyendo lo que dice el resto) -y supongo que de gran parte de las novelas de la señora Christie- es que a pesar de lo que enreda, de las vueltas que da que parece una cosa y luego parecerá otra que parecerá otra que parecerá otra y vuelta a empezar es que no se le ven las costuras más allá de que, como buen género policiaco, partimos de la base de que el autor tiene que jugar al despiste y, como se trata de una autorA, y aquí el género importa más que por la A por la época en la que esa autorA escribe, la construcción de los personajes es diferente a la habitual, aunque sólo sea porque las mujeres de la novela no son simplemente parte del paisaje.

En el juego del despiste sospecharemos de todos y tendremos razón, los disculparemos a todos y también tendremos razón... temporalmente ¡corcho! que alguien ha tenido que matar a la pobre señora... aprenderemos de venenos cosas que me juego el cuello que la gente de esa época sabía -al menos los de las clases altas que se pasaban la vida tomando dronjas para dormir-, veremos que en lo esencial nada ha cambiado tanto, que había celos, muertes, amor sincero, locos perdidos, soñadores, fieles e infieles... En fin, que la lean, que si yo he superado mis prejuicios por dos novelitas de Doña Agatha, ustedes deben hacerlo, no les va a cambiar la vida, pero van a estar unas pocas horas de lo más entretenidos.

La cuarta es la de Pi:

Siempre me ha gustado leer, aunque nunca he disfrutado de libros especialmente sesudos. Para mí la lectura ha sido siempre la forma de “vivir otras vidas y probarme otros nombres” como diría Sabina. Entre todos los personajes que he podido ser a través de los libros siempre he disfrutado especialmente de los detectives famosos. De todos ellos sin duda me quedo con Sherlock Holmes y los nacidos en la mente de Agatha Christie. ¿Sabéis que las novelas de Agatha y el personaje de Poirot están inspirados en Sherlock Holmes?

Desde pequeña he leído libros de Agatha intercalados con otros, quizá un par de ellos al año, y sin ningún tipo de orden. Leía a Poirot haciendo referencia junto al capitán Hastings a casos antiguos, a los comienzos de su relación y yo siempre tenía el sentimiento de ver una película avanzando y rebobinando constantemente. Se disfruta del argumento pero no es lo mismo.

Este verano decidí comenzar en orden, en el orden que se escribieron, y empecé releyendo el “Misterioso caso de Styles”, primera novela publicada de la escritora y el nacimiento literario del gran Hercules Poirot.  Corría el año 1920, en plena  Guerra Mundial.

Andaba ya por el tercer libro cuando me entero del Proyecto Agatha que están organizando unas amigas tuiteras. Si a alguien se le ha ocurrido hacer lo mismo que a ti, al mismo tiempo, y encima es alguien conocido la cosa está clara: hay que unirse al proyecto.

Me vais a perdonar que esta primera aportación sea más general y no analice con detalle el libro. Hace unos meses que lo terminé, es mi primera reseña literaria, y por esta vez prefiero mirar y aprender.

Me he preguntado si leyendo varias novelas de Agatha se podría descubrir que esta es la primera. Rotundamente no. Las hay mejores y peores, pero esta mujer tenía un talento innato para la escritura, poco tuvo que aprender durante su carrera.  Los personajes son variados, bien descritos igual que el entorno. Todavía no ha aparecido el cadáver y ya te estás imaginando paseando por Essex, condado inglés cercano a Londres donde está la mansión de Styles. Todos tienen algo que ocultar y motivos para matar a la señora Inglethorp y tu, lector, cambias cada diez minutos de opinión respecto al asesino. Al final el asesino es quien menos te lo esperas o, ¿quizá no? ¿quizá en esta ocasión era de quién sospechaban desde un principio? La respuesta en Styles.

Y por último la mía:

Hacía muchos, pero muchos años que no leía nada de Agatha Christie. Recuerdo alguno en la adolescencia o poco antes. Y también algunas adaptaciones al cine, en particular Asesinato en el Orient Express, que teníamos en VHS y habré visto unas cincuenta veces. Así que llegaba prácticamente virgen aunque me esperaba algún que otro giro tramposo y varias vueltas hasta llegar a la resolución final de Poirot porque sí, se trata de un Poirot.

Y así ha sido, no me ha sorprendido en ese aspecto pero tampoco me ha decepcionado.Me ha entretenido que es lo que esperaba. Mientras lo leía me me preguntaba si al final del proyecto le cogeremos el tranquillo y seremos capaces de adivinar las trampas de Agatha. Veremos.

Lo que no esperaba es encontrarme ese retrato de la vida inglesa de las casas de campo, el señor 'protector' de toda una comunidad, el destino de los hijos ligado al de la tierra, la familiar lejana en peor situación 'recogida' en la Casa... En este aspecto me ha sorprendido para bien y estoy deseando más. Dos subrayados al hilo de esto:

"Salta a la vista que el tipo es extranjero" en medio de una descripción nada halagüeña.
"Este señor va a hacerle unas preguntas y yo quiero que usted le conteste" el 'Señor' al jardinero.

Y tampoco me esperaba la infame traducción y la ausencia total de corrección. Cambios en los géneros de las palabras al buen tuntún, puntos seguidos en mitad de frases que no terminan, preguntas sin signo de apertura de interrogación, tildes de más y tildes de menos... Un despropósito. Espero que los demás no sean así.

Para terminar una frase genial que creo que solo un inglés puede decir "un hombre enamorado es un espectáculo lamentable". Me pregunto si dirá lo mismo de una mujer enamorada.

Hasta aquí las reseñas, de hoy en dos semanas volveremos con 'El misterioso señor Brown' publicado en 1922.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Presentación

La señora siempre pensativa
¿A quién asesino hoy?
En torno a 1975, año arriba, año abajo, cuatro de las mejores mujeres del ejército lector que formaban un comando fueron encarceladas por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidas.

Hoy, buscadas todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted alguna problema y se las encuentra, quizá pueda contratarlas.

Tantarantan, tantantantaaaaan