lunes, 25 de enero de 2016

Un triste ciprés

Volvemos a la carga, esta vez con Un triste ciprés, novela publicada originalmente en 1940...buscando este dato me he dado cuenta de que ya hemos leído dos décadas de la producción de Dame Agatha. Nos quedan otros treinta y cinco años, pero ¿quién está contando?

Veamos que dicen nuestras lectoras de este clásico:

Empezamos con MG:

La verdad es que después de Diez negritos casi todo podía parecer poco. 

No recordaba nada de esta novela, sólo que, junto a El templete de Nasse House, es una de las primeras novela de Doña Agatha que leí en mi preadolescencia.

Volvemos a Poirot, esta vez sin Hastings, que mira que me gusta Hastings, pero por lo general, cuando está Poirot solo, siempre aparece más tarde y eso es algo después de unas veinte novelas de Poirot se agradece bastante, aunque aquí es Poirot como podía haber sido un inspector de policía...o casi uno que pasaba por ahí.

Me he creído muy lista durante el 90% del libro pensando que sabía lo que había pasado y por qué y quién y todo, hasta que he visto la pista definitiva (ese as casi en la manga, Doña Agatha...) que aunque la había insinuado antes no me he dado cuenta. Y he quedado cual pardilla, claro. Y me parece fenomenal. Me gusta buscarle las costuras pero me gusta también que el final me sorprenda. 

Seguimos con Pi:

Uno más para mi top ten particular. Le cogí con pocas ganas porque nunca había oído hablar de él y pensaba que era de los de "relleno". Este es el tipo de libros de Agatha que me apasionan, con una trama compleja, personajes bien desarrollados, y un continuo ir y venir de pistas que te vuelven loca y te hacen saltar continuamente de sospechoso en sospechoso. 

Poirot en esta novela toma un papel más en la sombra. Tarda mucho en aparecer y en el desenlace también se disuelve su papel con el de otros. A diferencia de otros libros, cuando Poirot aparece, el lector tiene más información de lo sucedido que él y el detective obtiene información preguntando sobre unos hechos que los lectores hemos "vivido" en primera persona. La inmersión en la historia es total, y el enganche absoluto.  Muy recomendable.

Y terminamos con Pau:

Una Poirotada sin que Poirot importe en exceso, un acierto porque, como creo que ya se habrá dado cuenta hasta el más despistado, estoy bastante hasta las narices del detective, aunque cada vez se parece menos a lo que era, todo sea dicho.

Por una vez, si bien no he acertado, sí tengo que decir que sabía que nada era lo que parecía porque la autora no paraba de gritarlo, y he adivinado quién era por el mismo detalle que lo ha sabido el insigne detective.

Me gustaría resaltar, ya puestos, que aunque Christie es sin duda una autora que sigue una fórmula -la fórmula del éxito, qué duda cabe- en vista de que no soy la única que estaba un poco cansada del señor Poirot, de su forma de dirigirse a los demás, de sus células grises y de las trampas de Doña Agatha, es un hecho que lleva unas cuantas novelas en las que Poirot aparece cada vez menos y los personajes, aunque sean fotocopias de una novela a otra, casi casi que se dirigen solos.

Nos vemos en dos semanas con "La muerte visita al dentista". Mientras tanto, tengan cuidado ahí fuera.

1 comentario:

  1. Me encanta, es mi favorito de todos los que he leído (o sea, de todos los que publicó como A. Christie). La habré leído unas tres o cuatro veces, desde mi preadolescencia (como bien habéis dicho).

    Me encanta esa protagonista que sufre porque no puede ser quién es, y ese novio estúpido, y esa "tía rica" que nunca falta y su ahijada y ... en fin, que me gusta todo.

    Respecto al misterio, de los mejorcitos, y me refiero a esa primera noche en que hubo que llamar al médico y no estaba el habitual... no diré más.

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